La mayoría de los padres siempre impiden a sus pequeños que caminen descalzos. Los motivos son muy diversos, desde evitar que se pueden clavar algo en el pie, hasta evitar que cojan frío. Pero esta no es una idea demasiado acertada. Seguramente te habrás dado cuenta de que tu pequeño prefiere caminar mucho antes descalzo que con zapatos, sobre todo cuando está en casa.
Seguro que él mismo aprende a quitarse los zapatos con facilidad, y esto se debe a algo muy común y normal, los niños se sienten mejor caminando descalzos y no debemos impedirlo.

Los niños, en los primeros meses de vida, sobre todo previos al primer año, tienen más sensibilidad en la planta de los pies que en las manos, de ahí su interés y ganas por hacer todo descalzos. A esa edad tan temprana, los bebés quieren probar, conocer, tocar, experimentar, por eso es importantes dejarlos que lo hagan de forma natural y experimenten y sientan a través del tacto con sus pies. Obviamente, es recomendable que donde el pequeño camine descalzo esté bien limpio y además, libre de objetos que puedan pisar y hacer daño, pero amén de eso, es más que recomendable que dejes a tu bebé que camine descalzo.
También hay que tener en cuenta que no es nada bueno poner a los pequeños zapatos antes de lo debido. Cuando los pequeños aun tienen más sensibilidad en los pies que en las manos, es importantes no corromperla poniéndoles zapatos aun sabiendo que no los van a usar. Eso también puede repercutir negativamente en el desarrollo del pequeño.

Además, un estudio ha demostrado que los bebés que caminan descalzos son más inteligente porque se desarrollan mejor físicamente, por lo que seguro que comienzan a sentir y experimentar antes.

En todo caso, deja que sea el pequeño quien libremente se conozca a si mismo y a su entorno, a través de su cuerpo, experimentando y disfrutando de los cambios que poco a poco le irán proporcionando los años.
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