¿Qué son los límites?
¿Cuando hablamos de límites, a que nos referimos? Si nos vamos a su definición más básica, es un punto que no se puede o no se debe sobre pasar.
En crianza podríamos clasificarlos en límites que no se pueden sobrepasar (de seguridad, respeto y salud) y otros que no se deben (acostarse más tarde de las 9).
A los primeros les vamos a llamar rígidos y a los segundos flexibles.
Es un tema extenso y complejo. Establecer un límite y hacer que se cumpla, sea cual sea la naturaleza, no es igual para un bebé de 2 años que un niño de 4. Lo que si es igual para ambos es que estos límites han de ser respetuosos y dentro de una coherencia.
Para adentrarnos en el mundo de la disciplina positiva y los límites, primeramente nos vamos a centrar en la etapa inicial (de 0 a 3).
Límites rígidos
Los límites rígidos son aquellos que no dependen de nuestra voluntad ni de las preferencias de nuestro hijo. Estos límites en su mayoría vienen establecidos socialmente.
– Límite de seguridad. No cruzar sin mirar previamente. No meter los dedos en un enchufe. No tocar el fuego.
– Límite de salud. No beber lejía. No tomarse una caja de pastillas.
– Límite de respeto. No insultar, ni pegar ni gritar a los demás.
Al leer algunos quizás habrás pensado que son más que obvios.
Tu tienes claro que tu bebe no puede comerse una tableta entera de pastillas. Tu bebé, solo entiende que cosa que encuentre, cosa que va a la boca.
Los límites rígidos tu los tienes claros, tu hijo los tiene que aprender.
Lo primero es evitar el riesgo y no dar lugar a que el bebé intente sobrepasar el limite. Ejemplos: poner protección a los enchufes, no dejar medicamentos a su alcance, poner los productos de limpieza en lugar inaccesible para el, quitar de su alcance objetos que no deba de tener, darle la mano para cruzar la carretera. En vez de estar diciendo no, no, no y dando lugar a un ambiente tenso, elimina las fuentes de riesgo. Tranquilo, tu hijo conforme vaya creciendo entenderá que no debe meter los dedos en un enchufe, te aseguro que es totalmente innecesario estar pendiente para que no lo haga (pon un tapa enchufes) y más innecesario es aún gritarle o pegarle para que no lo haga.
¿Qué ocurre cuando uno de estos límites se sobrepasa? Se llaman accidentes.
Estás en casa de tu madre y ahí no hay tapa enchufes, dos segundos que no lo miras y al volverte ya ves como está a punto de meter los dedos en el enchufe. Obviamente aquí hay que poner un alto, OJO verbal, conciso y firme. El famoso No puede valer. Y evidentemente correr para retirarlo del peligro.
SI el NO a hecho su función se habrá detenido, explicamos brevemente el motivo por el cual no se mete los dedos ahí, y a otra cosa mariposa, lo distraernos. Si insistes en soltar el sermón es probable que quiera ir de nuevo al enchufe y empiece a aumentar la tensión .
Si el NO, no ha hecho su función, habrá ocurrido el accidente. De verdad crees, que por gritarle o Pegarle va a entender porque no puede tocar el enchufe? Repito, entender el porqué? Si le a dado la corriente, primero comprueba si esta bien y calmalo (lo más seguro es que se haya llevado un buen susto). Después explícale brevemente lo que a ocurrido. Después podéis volver a la normalidad. Para la próxima hay que estar más atentos.
Recuerda, los accidentes domésticos se pueden evitar. Si ocurren no es culpa de un bebé, en todo caso es por la irresponsabilidad de un adulto. Así que, Pegarle por una irresponsabilidad nuestra? No, gracias.
Límites Flexibles
Podríamos denominar así a las normas que cada familia decide marcar en su rutina diaria.
Cuando empezamos un trabajo nuevo el encargado lo primero que nos indicará serán las normas que son de obligado cumplimiento y nos explicará las tareas que son nuestra responsabilidad (límites rígidos).
Conforme pase el tiempo y nos adaptemos a nuestro puesto, nos irán incorporando tareas nuevas y explicando más normas para mantener el buen ambiente en el centro de trabajo (límites flexibles). Obviamente desde el respeto. Si esto no fuera así, si desde el principio nos dejaran todo el trabajo que debemos hacer sin explicarnos nada o aún peor haciéndolo con gritos y amenazas. Muy probablemente duraríamos poco en el trabajo y nos iríamos con la sensación de que hemos sido humillados y ninguneados.
Es muy sencillo, cuanto más límites tratemos de poner más difícil le resultará a nuestro hijo asimilarlos. Así que empieza por los imprescindibles (seguridad, salud y respeto) y poco a poco ve agregando.
En casa normalmente, tu hijo de dos años y medio se acuesta a las 9.30. Hoy es viernes y han venido unos familiares y se alarga el encuentro. Lo más probable es que tu hijo no quiera irse a dormir porque esta jugando con sus primos. Es el fin del mundo si lo dejamos acostarse hoy más tarde? Por dejarlo hoy, ya no va a seguir manteniendo esta rutina?
En definitiva, los límites de respeto, seguridad y salud vienen marcados por la sociedad para garantizar el bien común. Nuestra labor es enseñar esas normas a nuestros hijos e intervenir de forma respetuosa cuando no están actuando acorde a ellas. El resto de normas las iremos fijando teniendo en cuenta las necesidades y evolución de nuestros hijos.
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