Se produce un embarazo molar cuando la placenta crece de forma anormal durante las primeras semanas de embarazo y se convierte en una masa de quistes, llamada mola hidatidiforme, que se asemeja a un racimo de uvas blancas. El embrión no se forma en absoluto o se forma mal y no puede sobrevivir. Aproximadamente uno de cada 1,500 embarazos es molar.
Existen dos tipos de embarazo molar: completo y parcial. Cuando la mola es completa, no hay embrión ni tejido placentario normal. Cuando la mola es parcial, hay un embrión anormal y puede haber algo de tejido placentario normal. Además, el embrión comienza a desarrollarse.
Ambos tipos de embarazo molar son causados por un óvulo fertilizado de manera anormal. Cuando la mola es completa, todos los cromosomas del óvulo fertilizado (estructuras diminutas con forma de filamento en las células portadoras de los genes) proceden del padre.
Generalmente, la mitad de cromosomas procede del padre y la otra mitad de la madre. Además, poco después de la fertilización, los cromosomas del óvulo de la madre se pierden o inactivan y los del padre se duplican. En la mayoría de los casos de mola parcial, los 23 cromosomas de la madre permanecen, pero hay dos conjuntos de cromosomas del padre (por lo que el embrión tiene 69 cromosomas en lugar de los 46 normales). Esto puede ocurrir cuando los cromosomas del padre se han duplicado o cuando se produce la fertilización de un óvulo por dos espermatozoides.
El embarazo molar supone un riesgo para la mujer embarazada, puesto que ocasionalmente puede convertirse en un coriocarcinoma, una forma poco común de cáncer relacionado con el embarazo.
Síntomas del embarazo molar
- Un embarazo molar suele empezar como un embarazo normal. Alrededor de la décima semana suele producirse una hemorragia vaginal anormal, que comúnmente es de color marrón oscuro.
- Náuseas y vómitos severos
- Crecimiento rápido del útero (debido al número creciente de quistes)
- Alta presión arterial
- Quistes en los ovarios
El embarazo molar es una experiencia realmente terrible, pues la gestante no sólo pierde el embarazo sino que además tiene un leve riesgo de desarrollar cáncer. Para proteger a la mujer se debe extirpar todo el tejido molar del útero. Normalmente, esto se lleva a cabo mediante un procedimiento de dilatación y curetaje con anestesia general.
Deja una respuesta