1. El mito: «Si te pide mamar tanto es porque se queda con hambre».
La realidad: La leche materna se digiere muy fácilmente, y los estómagos de los bebés son muy pequeños. Por eso es normal que los bebés amamantados vuelvan a tener hambre al poco rato de haber tomado pecho. Pero además hay que recordar que el pecho no es sólo alimento: es también una fuente de calor, consuelo y seguridad para el bebé. Por otra parte, dar el pecho con frecuencia te garantiza una suficiente producción de leche. Si tu bebé pide mamar a menudo y está subiendo bien de peso, puedes estar segura de que está tomando la que necesita.
2. El mito: «Después de los seis meses la leche es sólo agua».
La realidad: La leche materna alimenta siempre. Su composición va variando a medida que crece el bebé para adecuarse a sus necesidades. Aunque empieces a introducir alimentos sólidos en la dieta de tu bebé, la leche materna debe seguir siendo el alimento principal, al menos hasta el año. Así puedes estar segura de que tu bebé está tomando los nutrientes que necesita, incluso si no come muchos sólidos.
3. El mito: «Si tú no te encuentras bien, tu leche no va a ser lo suficientemente buena»
La realidad: Tu leche siempre es buena, te encuentres como te encuentres. Siempre es recomendable seguir una dieta sana cuando estás amamantando (y cuando no), pero incluso si estás mal alimentada tu leche sigue teniendo los nutrientes necesarios para tu bebé. Tendrías que tener un cuadro de desnutrición muy grave para que la composición de la leche se viese afectada. Tampoco cambia la composición de la leche si estás muy cansada o baja de ánimo. Sí es importante tener una actitud positiva a la hora de dar el pecho, porque tu bebé capta tu estado de ánimo, pero eso no afecta en nada su nutrición.
4. El mito: «Hay que darle el pecho cuando le toque, no cuando él quiera».
La realidad: Para tener una producción de leche adecuada para tu bebé, la lactancia debe ser a demanda y sin horarios. Sólo tu bebé sabe cuándo necesita comer, y cuándo necesita simplemente estar cerquita de mamá y sentirse protegido. Recuerda que la teta no es sólo alimento. Durante los primeros meses, es natural que la vida con un bebé sea un poco caótica: no te preocupes, ya se irá regularizando poco a poco y a su ritmo.
5. El mito: «Si estás dando el pecho no puedes tomar medicamentos»
La realidad: Hay unos pocos medicamentos que no son compatibles con la lactancia, pero muchos otros sí lo son. Tener que seguir un tratamiento médico raras veces es un motivo justificado para destetar a tu bebé.
Consulta con un médico que sepa de lactancia si te han recomendado destetar por razones médicas.
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